En el transcurso de nuestra vida nos suceden muchas cosas.
Unas nos traen recuerdos de momentos muy felices, otras producen dolor cada vez que vienen a nuestra memoria.
Por otra parte... vemos cada año, caer las hojas en otoño con distintas formas y colores... hermosas en su ciclo de finitud, dejando paso a las nuevas que llegarán en la próxima primavera.
Como todo ciclo vital, deberíamos asimilarnos al de la naturaleza, creando recuerdos nuevos a medida que los días se suceden... el pasado seguirá en nosotros, alguien que nos hirió o herimos, un amor que no fue, pérdidas de seres queridos entre otras cosas.
Vivir nuestro hoy, nuestro presente con actividades y personas que nos ocupen, exijan, y por que no, también amemos, no nos dejará espacios ni tiempo para esos recuerdos que se debilitarán hasta ceder.
Siempre tenemos la posibilidad de decir para nosotros mismos o a otros... te perdono, o perdonándonos. -También... te dejo ir, con aceptación.
Soltar aquello que nos duele de una vez, seguir una vida en plenitud, renaciendo como los árboles en primavera.
Diciendo… aquí estoy a quien, o quienes estén a nuestro lado para ser felices juntos.
No sufriremos de amnesia, recuerdos que nos duelen seguirán estando, a veces asoman, conviviremos con ellos... sin estancarnos, llenándonos de un hoy en el que no dejemos de dar y recibir amor.
1 comentario:
Son muy bellas tus palabras, debes ser una persona con una sensibilidad extrema, me gusta lo que escribes y como lo escribes. refiriendome a este post, creo que hay recuerdos que aunque duelen nunca se van, no me preguntes por que, pero ahí estan en el baul, dispuestos a saltar en cualquier momento
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