No se conocían personalmente, tan solo tenían referencias mutuas, habiendo leído algo de sus autorías. Por esas cosas, él se enteró que estaba en Buenos Aires, se le ocurrió llamarla e invitarla para encontrarse en un barcito de la Avenida de Mayo. La respuesta de ella luego de las presentaciones fue afirmativa, no sabía porqué no le sorprendió. Esa misma tarde, a la hora establecida, aguardaba sentado en una mesita sobre la acera, la vio llegar, el viento suave y cálido alborotaba sus cabellos. Se puso de pié, acercándose a ella, que lo miraba con atención. Extendió su mano, Hola – Soy Pablo, gracias por venir. ¿Cómo estás? Bien – repuso mientras estrechaba su mano. Se miraron a los ojos, con esa mirada que llega al alma del otro, sus labios dibujaron una sonrisa, que luego se trasladó a sus ojos. Quedaron en esa posición como detenidos en el tiempo, la gente circulaba de prisa a su alrededor. De golpe soltaron sus manos como si despertaran de un sueño – Disculpa esto no es normal en mí, pero tengo ganas de abrazarte, ¿Puedo? A mí me ocurre algo parecido, por supuesto que si. Luego de un abrazo corto, tomados de la mano, se trasladaron a la mesa que él ocupaba, siguieron horas de diálogos con risas y silencios, algo importante estaba por suceder entre esas dos almas que finalmente se habían encontrado
8 comentarios:
El destino y sus cosas. Hay barcitos como tu dices, que tienen esa magia, la de unir.
Un besito.
Espero que estes bien y dispuesto a seguir deleitando con tus letras
un abrazo
Así es Rossi,algunos barcitos parecen tener magia.La que también está presente en algunas parejas que se sientan a las mesas.
Te retorno un beso.
Hola Nicolás, espero reencontrarme conmigo mismo para hacerlo con las letras.
Un abrazo.
Migue, me alegra volver a leerte en mi blog, se te echaba de menos, espero que te encuentres bien, y ójala sigas escribiendo.
Un beso.
Hola Maria, me escapé he hice una visita a tu blog jajaja.Estoy mejor aunque todavía no escribo ni visito blogs amigos. Estimo estar cada vez más cerca de hacerlo.
Un beso.
Perfectamente, Migue, se pueden dar encuentros exitosos de gente que antes se conoció, por ejemplo, en el mundo bloguero.
Un abrazo y me alegro de que hayas regresado.
Es cierto Myriam,la gente con experiencia puede ir conociéndose con bastante claridad a través de los medios de comunicación actuales.
Gracias,un abrazo para ti.
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