Parte 1 de 3.
No todas las relaciones son iguales y el grado en que cada uno se implica emocional y afectivamente varía según sea el vínculo. El interés y el bienestar que nos proporcionan, el nivel de empatía y los afectos que esas relaciones motivan, son factores que determinan nuestra implicación en ese vínculo.
Existe un elemento que debe ser algo en común en todos los vínculos, la incon dicionalidad, ya que no hay una relación que se sostenga en el tiempo si se juzga o se limita al otro. Esto sería, estar, escuchar, apoyar y acompañar lejos de imponer, juzgar y entender al otro a través de nuestro criterio, al contrario, intentar aceptar el suyo.
Nos enojamos o nos alegramos y manifestamos nuestro amor o desamor, como si ese sentimiento fuese un valor que beneficia a la otra persona si se comporta según nuestras expectativas y nuestro concepto de cómo deben ser las cosas. Sin embargo es necesario poner condiciones en una relación, pero siempre y cuando estén en relación con el grado de implicación y responsabilidad que cada uno tome parte, que no es lo mismo que, por ejemplo, estar con alguien mientras me guste lo que hace, y si no es así, juzgarlo y abandonarlo, esto está más del lado de no apoyar a esa persona y no respetarla.
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