Bariloche 2-11-2003 fuente wikipedia

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martes, 9 de octubre de 2012

Enamorarse desde el tren.

"La extraña forma de conocerse de una pareja" 

Te invito a leer esta historia y las siguientes en mi otro blog. Compartir Visiones.

ya que no escribiré aquí por un tiempo.  

Gracias

lunes, 1 de octubre de 2012

¡Habrá poesía!


No digáis que, agotado su tesoro, 
de asuntos falta, enmudeció la lira; 
podrá no haber poetas; pero siempre 
habrá poesía. 

Mientras las ondas de la luz al beso 
palpiten encendidas, 
mientras el sol las desgarradas nubes 
de fuego y oro vista, 
mientras el aire en su regazo lleve 
perfumes y armonías, 
mientras haya en el mundo primavera, 
¡habrá poesía! 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance 
las fuentes de la vida, 
y en el mar o en el cielo haya un abismo 
que al cálculo resista, 
mientras la humanidad siempre avanzando 
no sepa a dó camina, 
mientras haya un misterio para el hombre, 
¡habrá poesía! 

Mientras se sienta que se ríe el alma, 
sin que los labios rían; 
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila; 
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan, 
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía! 

Mientras haya unos ojos que reflejen 
los ojos que los miran, 
mientras responda el labio suspirando 
al labio que suspira, 
mientras sentirse puedan en un beso 
dos almas confundidas, 
mientras exista una mujer hermosa, 
¡habrá poesía!


Rima de Gustavo Adolfo Bécquer


martes, 11 de septiembre de 2012

Solo un susto...


Había seis personas jóvenes de entre diez y nueve y veinte y tres años en el living comedor del viejo chalet. Tres eran mujeres y tres varones, cuatro estaban sentados platicando, Marcos de pié, apoyado contra la pared junto a la gigantesca pecera. Antonio, también de pie al lado de la mesa, armaba un sol de noche en su garrafa de gas de cinco kilogramos. Cuando la quiso probar prendió con un fósforo la mecha interna del vaso, a la vez que abría el paso del gas. Sin duda estaba mal armada, una llamarada de ochenta centímetros de altura se alzó apuntando hacia el cielosrrasos. En menos de cinco segundos, cinco de los ocupantes abandonaron el lugar. Marcos impávido, avanzó cuatro pasos hasta la mesa, cerró la llave de paso de la garrafa terminando con el fuego. (Como si fuera el mechero de una cocina.) Todos pensaron que iba a haber  una explosión, él no se inmutó, sabía que la presión del gas era hacia el exterior, que nunca retrocedería la llama al interior  para explotar. Los demás volvieron aliviados, luego del susto que se comieron. Entre risas nerviosas, decidieron que era mejor que la lámpara la arme otro día… ¡¡alguien  que sepa!!

-Es natural el deseo de huir ante el peligro que genera el fuego más un riesgo de explosión, las personas que permanecen más calmadas en esas situaciones  tienen tiempo de pensar en una solución.Este fue el caso de Marcos.
Tengo unas limitaciones para escribir y visitar por eso escribo pequeñeces a veces. Te saludo si pasas por aquí.
   

lunes, 2 de julio de 2012

Sombras. ¿Amenazas?


Envuelta en su bata blanca ingresó al baño, aunque era invierno la calefacción creaba un clima agradable.  Cerró la puerta tras de si, comenzando a quitarse lo poco puesto. Bata, corpiño, y su mini bombacha negra, se recogió el cabello que llevaba lacio y suelto. Luego se miró al espejo y sonrió al verse - ¡¡Paula que bien que te vez!! – se dijo para si, riendo de sus ocurrencias. Corrió  la cortina, traspuso el escalón ubicándose  bajo la ducha. Abrió el grifo, la lluvia caliente comenzó a acariciar su cuerpo. La cortina había quedado en parte sin cerrar, por un costado ingresaba el haz de luz que proyectaba su sombra en la pared de azulejos… siguiendo sus movimientos. Pasaron veinte minutos, se hallaba con  los ojos cerrados apuntando el rostro a la lluvia, a tientas busco el grifo cerrándolo. Abrió los ojos, cuando iba a darse vuelta, vio una sombra al lado de la suya en la pared, perpleja se sobresaltó, la visión fue fugaz  desapareciendo  de inmediato.  Aún atónita preguntó, Nico – ¿Eres tú? ¿Estás allí? No hubo respuesta, descorrió la cortina, no había nadie del otro lado. Tomó la toalla  y se secó, para colocarse la ropa íntima de cambio y nuevamente la bata. 
Llevaba un año viviendo sola, a los veinte y cinco se había mudado, independizándose de sus padres, su novio Nicolás pasaba algunas noches con ella así como los fines de semana. Pero siempre le avisaba cuando iba a llegar. Era una joven valiente, pero con lo que sucedía en el mundo exterior quedó preocupada. Abrió la puerta con precaución, atisbando que el living esta desierto, verificó que la puerta de entrada al departamento estuviera cerrada con llave, luego le agregó el cerrojo corredizo. Desde la cocina, llamó desde su celular a Nico, no quería preocupar a sus padres. Le contó sobre lo que le había pasado, él le trasmitió calma, - si no has encontrado nada, será fruto de tu cansancio – Afirmó. Estoy estudiando pero si quieres salgo ahora para allá o me llamas… como gustes – Terminó diciendo. - Gracias mi amor, cualquier cosa que vuelva a asustarme te llamo jajaja. Besitos para ti, nos vemos pronto – Replicó ella.    En la cocina tomó una barra de chocolate llevándola hasta su dormitorio, también aquí cerró la puerta con llave luego de ingresar, hecho que no acostumbraba. Esa noche dormiría con la luz del velador prendida,... luego de acostarse en su cama  se cubrió con una manta, tratando de relajarse y esperando que Morfeo la tome en sus brazos. En el living había quedado una luz tenue prendida. Sobre la puerta del dormitorio de Paula se dibujó una sombra que permaneció allí…como amenazante.

No pienso seguir siempre con temas de suspenso, pero cuando surgen hay que darles rienda suelta. ¿Qué le habrá sucedido a Paula? Bueno lo dejamos así. 
 Amigo visitante, debo concentrarme en un solo blog, posiblemente termine siendo este, aunque el otro sea más antiguo pero  deberé traer a mis miles de lectores aquí. Jajaja. Te saludo ¡¡gracias por pasar por aquí!!  


jueves, 28 de junio de 2012

"La protegida"


Amigas y amigos visitantes la discontinuidad en mis escritos se debió a problemas de salud entre otras cosas. Hoy retomo la pluma con un relato que dedico a Maria Saez y Diana Profilio. Ellas cosechan premios y distinciones en poesía la primera y en poesía relatos y cuentos la segunda. Ambas me honran con su amistad, además de darme empuje y contagiarme su magia y alegría. Espero les guste  y lo comenten. Las críticas constructivas serán bienvenidas. ¡Gracias!


Contempló su trabajo terminado exhalando un suspiro de satisfacción, su jefe se pondría muy feliz al verlo horas más tarde–pensó. Representaría seguramente un nuevo e importante cliente para la empresa de arquitectos en la que trabajaba. Se hallaba sola en el estudio, terminaba de  ponerse su tapado negro cuando se cortó la energía eléctrica. ¡Caramba! – Dijo… al instante se prendieron las luces de emergencia. Miró por la ventana del cuarto  piso hacia el exterior,  el parque de enfrente  se veía sumido en una total e inquietante oscuridad. ¡Qué mala suerte! – pensó…-  Ni luna hay, ¡tengo cartón lleno hoy! Miró la hora, eran las tres de la madrugada, no había tomado conciencia del tiempo en su entusiasmo por terminar la maqueta. Al instante descendió por las escaleras piso a piso y atravesó el hall principal. Cruzó la puerta de salida, bajando por los tres escalones de mármol blanco hasta llegar a la vereda. Un viento helado la recibió, revoloteó sus negros cabellos y la hizo tiritar, se subió el cuello del tapado para abrigarse mejor,  luego miró hacia ambos lados, todo se veía desierto, ni gente, ni taxis, ni luz, que era lo que más le inquietaba. Con una mueca de fastidio comenzó a cruzar la calle, luego haría lo mismo con el inmenso parque, sobreponiéndose al temor que le causaba. En medio del silencio solo se escuchaba el tac, tac, de sus tacos altos. 

¿Porqué no habré traído mi reproductor MP4?... tendría menos miedo escuchando música - se dijo para si. -Adentrada ya en el parque,  aceleró sus pasos por los caminos de blanca conchilla que siempre le recordaba el mar. Debía llegar a la estación del tren que quedaba a la salida del lugar.  Pensaba en lo mucho que le gustaba  ese entorno durante el día, con árboles y plantas de hermosos colores y formas, mientras que en ese momento, entre la oscuridad y la niebla cada vez más y más densa, le creaba dudas entre seguir o volver, pero ya estaba jugada y siguió. Llevaba una falda corta por encima de la rodilla, a la mañana cuando salió de su casa pensaba volver como siempre a las siete de la tarde, de lo contrario se hubiera puesto un jean, y hasta calzas de lana previendo la helada nocturna. Siguió adentrándose, pronto no alcanzó  a ver más allá de cinco metros de distancia, algo salto frente a ella. ¡¡Ay!! Gritó, era un sapo enorme, les tenía miedo a los sapos desde niña en que pisó  uno,  y su hermano sabía correrla con alguno en la mano asustándola. Continuó caminando, notó que había llegado al centro del parque, sus pies reconocieron las lajas que rodeaban el monumento histórico. Falta menos, respiró aliviada, avanzaba mirando hacia el piso y hacia el frente, de pronto se quedó paralizada, sus pupilas se  dilataron y su corazón se aceleró, adelante, a su derecha percibió una luz que se apagó al instante, le pareció la llama de un encendedor. 

Comenzó a decir en voz baja como en un rezo repetido, madrecita mía protégeme por favor, nunca más volveré a exponerme así. Apeló a toda su fe y siguió avanzando presurosa, escuchó el ruido de un tren en la cercanía. Una voz gruesa en la oscuridad le dio el susto de su vida ¿Adónde vas muñeca?   Antes que pudiera gritar una mano huesuda la tomó de uno de sus brazos, la figura de un hombre que le pareció un gigante se paró frente a ella,  el olor a alcohol que despedía le produjo nauseas. ¡Suélteme cerdo asqueroso! – vociferó. Se sintió perdida por segundos, un viento arremolinado sopló con inesperada fuerza, en ese instante todo comenzó a darle vuelta, como tomada por un tornado, sus pies se separaron unos centímetros del suelo. Escuchó un ¡Crac! Una gruesa rama de árbol se quebró cayendo sobre el atacante que se desplomó sobre el piso. Tras el suceso, el viento cesó…como obedeciendo mandatos. Ella se quitó los zapatos, con ellos en la mano echo a correr como en las maratones que sabía hacer una vez por mes. La niebla se abría a su paso permitiéndole ver el sendero, le parecía estar viviendo algo de ciencia ficción o fantasía. Llegó a la vereda del otro lado del parque, allí se colocó  los zapatos, cruzó la calle ingresando a la estación, en dos minutos pasaba del andén al tren. Tomó asiento, cerró los ojos, no pudo evitar que unas lágrimas le brotaran, le fue de catarsis, en cuarenta y cinco minutos llegaría a su casa. Ansiaba llegar, darse una ducha caliente, y acostarse para dormir y dormir.  Luego sonrió  al pensar que ese día no iría a trabajar ¡demasiado le había dedicado a la empresa! No se que es, pero siempre me ayuda cuando me ve en peligro, tal vez sea mi ángel de la guarda o la madre naturaleza que me protegen – comentó en voz baja mientras sostenía una medallita en sus manos.  

Si pasas por aquí, agradezco tu visita no soy escritor, tan solo escribo aquello que me viene en mente, cuanto más lo haga, lea, observe y aprenda mejor lo haré. Te saludo.  



viernes, 18 de mayo de 2012

Volver...


Estoy regresando…despacio, vuelo bajo, lo importante es volver… reencontrarme con amigas y amigos como tú. 

También para decirte que estoy mejor, casi, casi bien…eso también es importante, que todavía estoy aquí en el planeta tierra versión superficie. 

Está próximo el momento de escribir aquello que quiero compartir contigo, al menos es la intención. 

Mis saludos...visitante.

domingo, 29 de enero de 2012

Encuentro de almas.


No se conocían personalmente, tan solo tenían referencias mutuas, habiendo leído algo de sus autorías. Por esas cosas, él se enteró que estaba en Buenos Aires, se le ocurrió llamarla e invitarla para encontrarse en un barcito de la Avenida de Mayo. La respuesta de ella luego de las presentaciones fue afirmativa, no sabía porqué no le sorprendió. Esa misma tarde, a la hora establecida, aguardaba sentado en una mesita sobre la acera, la vio llegar, el viento suave y cálido alborotaba sus cabellos. Se puso de pié, acercándose a ella, que lo miraba con atención. Extendió su mano, Hola – Soy Pablo, gracias por venir. ¿Cómo estás? Bien – repuso mientras estrechaba su mano. Se miraron a los ojos, con esa mirada que llega al alma del otro, sus labios dibujaron una sonrisa, que luego se trasladó a sus ojos. Quedaron en esa posición como detenidos en el tiempo, la gente circulaba de prisa a su alrededor. De golpe soltaron sus manos como si despertaran de un sueño – Disculpa esto no es normal en mí, pero tengo ganas de abrazarte, ¿Puedo? A mí me ocurre algo parecido, por supuesto que si. Luego de un abrazo corto, tomados de la mano, se trasladaron a la mesa que él ocupaba, siguieron horas de diálogos con risas y silencios, algo importante estaba por suceder entre esas dos almas que finalmente se habían encontrado